Nadie quiere empezar el 2017 con mal pie, y es por ello que en nuestra lista de propósitos para este año nuevo no puede faltar cuidar la identidad digital.

Hoy ponemos el foco en las empresas y en su identidad corporativa. En un mundo digital e interconectado, resulta imprescindible crear una identidad digital corporativa basada en una estrategia de comunicación sólida que permita alcanzar una posición en entornos colaborativos en Internet, y comunicarse mejor con sus clientes, proveedores y público en general.

A la identidad digital corporativa contribuyen, además de las comunicaciones por correo electrónico y mensajería instantánea (WhatsApp, SMS..), la presencia en Internet mediante una página, portal o tienda online y la presencia en las redes sociales tanto de la empresa como de sus empleados (Twitter, Facebook, Pinterest, LinkedIn…).

Un activo tan valioso como la identidad digital de una empresa debe ser cuidado y monitorizado para evitar posibles ciberataques (o al menos, disminuir la magnitud de los mismos).  Sosteniéndonos en la guía de Ciberseguridad en la identidad digital y la reputación online, publicada por INCIBE, os indicamos cuales son las principales amenazas para la identidad digital y reputación online desde el punto de vista de la seguridad:

  • Suplantación de la identidad de la empresa

Usurpación de los perfiles corporativos por terceros malintencionados, actuando en su nombre. Los atacantes crean perfiles falsos con varios propósitos, destacando el robo de información sensible de los usuarios de la empresa suplantada para la comisión de fraude online.

Las consecuencias de la suplantación de la identidad de empresas en Internet y de los ataques derivados son diversas (confusión con la identidad original, robo de información de clientes, fraude online, extorsión, etc.), pero en todo caso suponen un perjuicio en la reputación generada por la empresa sobre su actividad, sus productos y servicios, tanto dentro como fuera de la Red.

  • Registro abusivo de nombre de dominio

El nombre de dominio es la denominación fácilmente recordable que utilizan los usuarios para acceder a una página web. La práctica del typosquatting consiste en el registro de nombres de dominio parecidos a la marca registrada, explotando confusiones típicas al teclear o visualizar una dirección. Por ejemplo, resulta lógica la equivocación al escribir «Facebok» en lugar de Facebook.

  • Ataques de denegación de servicio «DDoS»

El objetivo de un ataque de denegación de servicio distribuido, o ataque DDoS, consiste un conjunto de técnicas que tienen por objetivo dejar un servidor inoperativo, hablando en términos de seguridad informática.

Como consecuencia, la página web empresarial deja de funcionar, acarreándole un perjuicio a la identidad digital (la manifestación del negocio en la Red deja de existir) y a la reputación online, puesto que el hecho de ser atacada proyecta una imagen de vulnerabilidad frente al público, junto con la falta de operatividad que se provoca.

  • Fuga de información

La buena imagen y el prestigio de una entidad puede verse comprometida por la publicación en internet de información sensible y/o confidencial (como por ejemplo, datos personales de trabajadores y clientes, datos bancarios, informaciones estratégicas de la organización, etc.).

El objetivo suele ser el lucro (por ejemplo, al obtener información bancaria de la empresa y sus clientes, o al extorsionar al propietario de los datos a cambio de un rescate), aunque también se distinguen otros motivos, como el espionaje industrial o el desprestigio a la organización.

  • Publicaciones por terceros de informaciones negativas

A través de las redes sociales, las empresas obtienen un feedback directo de usuarios, clientes y público en general sobre la empresa y sus productos o servicios. En principio, las críticas a las entidades son parte de la interactuación que ofrecen las plataformas colaborativas: no solo se está en la Red, sino que se conversa en ella.

Es necesario tener en cuenta que la información en Internet no desaparece con el tiempo. La acción de los buscadores, que muestran a menudo informaciones pasadas, pueden tener consecuencias negativas sobre la valoración que los internautas tengan de las empresas, al hacer que determinados hechos sigan generando un impacto negativo a pesar de estar solucionados.